La Banca Islámica se hace grande en España: multiplica por 18 su negocio en sólo cinco años

CoopHalal, la primera entidad española de servicios financieros islámicos, nació en 2014 con un capital inferior a los 5.000 euros. Hoy, cinco años más tarde, el banco ha multiplicado por 18 su negocio, hasta el punto de alcanzar casi 90.000 euros.

CoopHalal funciona con el denominado principio de Participación y Reparto de Beneficios y Pérdidas (RBP) en los resultados de los proyectos. Su funcionamiento, tal y como explican en la entidad, «es muy similar al funcionamiento de un banco islámico en su vertiente de intermediario entre los ahorradores y los inversores».

«CoopHalal recibe las aportaciones de sus socios, que empiezan desde la cuota mínima obligatoria de cada socio hasta cantidades que puede aportar a la cooperativa cada socios con el objetivo de invertirlos», continúan. Eso sí, tal y como ha explicado a OKDIARIO la presidenta de la entidad, Najia Lotfi, los proyectos que financien «tienen que ser Halal», es decir, «lícito desde el punto de vista de la ley islámica».

 

Por ejemplo, no se puede dar financiación a sectores como los del alcohol, el vino, productos de porcino, armamento, etc. Cuando un cliente pide financiación a la entidad, el Comité Sharia de CoopHalal, compuesto por expertos en Sharia Islámica y en negocios, deciden si pasa o no el filtro ético del banco, que tiene que ser afín a los principios del Islam.

«Si la cooperativa  financia el 100% del capital del negocio, al final del periodo (mes por ejemplo), el beneficio neto se reparte a la mitad (50%, 50%) ya que la cooperativa ha puesto el capital y el emprendedor su trabajo. Si la cooperativa pone solo el 50% del capital necesario, al final del mes recibe solo el 25% que corresponden a la mitad del capital», continúan explicando desde el banco.

 

«El emprendedor, de su parte de beneficios, se compromete a devolver una parte para amortizar el capital que le ha proporcionado la cooperativa. La parte de los beneficios de la cooperativa va decreciendo con la devolución del capital ‘prestado’ hasta quedar en cero, y la del emprendedor creciendo hasta quedar en el 100%. Llegando a este punto el emprendedor habrá devuelto toda la deuda a la cooperativa y por lo tanto se queda con todos los beneficios y el negocio en su propiedad y la cooperativa habrá recuperado su capital más los beneficios que ha ido generando el negocio durante todo este periodo», concluyen.

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